Especiales: #1. Siguiendo al Verde soy Felí!

El Palogrande

Lo que comenzó como un típico viaje hacia La Pintada, terminó en una aventura inolvidable viendo al equipo de nuestros amores en otra ‘’ciudad’’.

‘’Ahí estas pintado’’, diría mi Mama

Empecemos de nuevo...

Después de la emocionante victoria contra Sao Paulo por las semifinales de la Suramericana, los de siempre nos juntamos y comenzamos a planear el viaje para ver al verde en Manizales.

Bajo el lema ‘’Si estás ausente en la vaca, no esperes estar presente cuando destape el chorro’’ salimos de Medellín el Sábado 22 a las 6 de la mañana repletos de alegría para ver al más grande. Recogimos al del Guaro en Las Vegas y, rumbo sur, tomamos la Autopista para coger la ruta hacia Manizales.

A las 6:10 todos añorábamos Arepita de Mote con Quesito y Chorizo en el Alto de Minas, y, después de un trayecto lento, con decenas de camiones adelantados, decidimos ser putos inteligentes y dejar el Chorizo para la vuelta.

Así, seguimos hasta La Pintada, para desayunar Calentao en Doña Rosa.

Luego de una tremenda gacada melona de nuestro compañero Esteban, decidimos seguir en modo paseo y parar en el Mirador de Pipinta, para tomar fotos consumir nuestra primera cerveza del Paseo y disfrutar de los paisajes Colombianos.

Mirador de Pipinta

Emprendiendo camino de nuevo, llegamos a Manizales para eso de las 11 de la mañana y fuimos al Estadio Palogrande para comprar nuestras boletas. Luego de tener las entradas, manejamos hasta el centro de la ‘’ciudad’’ y arribamos a nuestro ‘’hotel’’ en el cual estuvimos muy ‘’felices’’ y ‘’recomendamos’’ a todos que siempre que vayan a Manizales y se ‘’hospeden’’ en el centro de esta ‘’hermosa’’  villa.

Pueblo de mierda

Quedandonos con la duda de que nuestro ‘’hotel’’ fuera una casa de citas diurna, caminamos hacia el carismático sector de Chipre, en donde disfrutamos de un sustancioso almuerzo (Entrada, Sopa, Refajo, Jugo de Tomate de Arbol, Jugo de Piña, Arroz, Carne de Res, Carne de Cerdo, Principio de Frijoles y Salida de …) para después tomar un bus que nos dejara en la zona ‘’rosa’’ de Manizales, El Cable.

Tras llevarnos una gran decepción, y haciéndole honor a nuestro lema, abrimos la prima de  guaro Ron Viejo de Caldas- acompañado de CocaCola nueva de Pereira- que, con su sabor de antaño, nos llenó de valentía para comenzar a entonar cánticos verdes en medio de toda la hinchada local y arrancar hacia el Palogrande locos de la Cabeza.

Llegamos para ingresar a La Sur ( General, increible, la ''Visitante'' la vendían sólo en los peajes, qué esperaban: ''Por favor me da 5 boletas para el estadio y lo del peaje lo arreglamos después) , y viendo que la hinchada del Once Caldas compite en calidad y cantidad con la de Las Aguilas Doradas de Pereira, fuimos locales otra vez y no paramo de alentar en todo el partido.

Luego de una puteada extraña(¿)  salimos del estadio de nuevo para la Zona Rosa, zona qué, de rosa no tiene nada cuando juega el Once se convierte en un mix entre La 70, El Lleras, Medellin Beer Factory y Rio Sur, demostrándonos que, como citaría Ezequiel Fernandes en su columna, ‘’ La única patria posible es el encuentro permanente con el otro’’.

Tras 4 botellas de ron esta lección de tolerancia, volvimos al Hotel para confirmar que no hubiera mujeres de la vida alegre en nuestro cuarto y poder descansar.

Nos levantamos con un guayabo el hp ganas de volver a Medellín y, lo más rápido posible, nos fuimos de este pueblo de mierda casas bajas.

Sin mayores percances en la vuelta, nos dimos cuenta que ver a nuestro equipo en cualquier cancha es un privilegio, un orgullo que te infla el pecho y te hace revolear la elástica. Además, pudimos conocer al detalle la gran ciudad de Manizales, concluyendo que:

Es un pueblo de damier casas bajas

Con un equipo de damier chico

Con una hinchada de damier chica

El partido? Perdimos 1 a 0 de la manera más injusta del mundo.